Last updated on January 23rd, 2021 at 07:39 pm
Querido lector:
Mi nombre es Frank y tengo una agencia de viajes con sede en Bogotá, Colombia. ¡Diviértete leyendo!
Content
Cómo llegar a Punta Gallinas en la Guajira
Luego de mi aventura en la ciudad perdida, continué mi camino rumbo a La Guajira. Además de ser el departamento más septentrional de Colombia, cuenta con el punto más al norte de todo el continente en Punta Gallinas, un destino que ver en Colombia. Durante el viaje hice una parada en Riohacha para encontrarme con el guía local de la región, con quien me tomé un café e intercambié información actual del lugar. Acordamos entonces realizar el viaje a Punta Gallinas por donde pudiera conducir con mi propio vehículo. Nos fuímos en convoy con dos vehículos más conducidos por Wayuus, quienes son los indígenas que viven en el territorio. La zona es también compartida en parte con el territorio venezolano, de manera que los Wayuu tienen por lo regular doble nacionalidad y pueden moverse libremente entre ambos territorios de la frontera. Después de discutir todos los detalles, continué mi recorrido hacia el Cabo de la Vela, donde pasé los siguientes dos días.
El Cabo de la Vela es un pequeño pueblo de pescadores ubicado en la costa oriental del departamento, allí el viento es muy estable, fuerte y en alta mar. Como anterior windsurfer, comencé aquí hace dos años con el Kitesurfing y puedo afirmar con seguridad, que este es uno de los mejores lugares del mundo para la práctica del deporte. También me gusta mucho el hecho de que el Cabo de la Vela no está tan desarrollado turísticamente. Aquí predomina el clima desértico y por ende es mejor dormir en la noche en una hamaca. Buscar hoteles de lujo aquí es en vano; La Guajira es una de las regiones más pobres de Colombia y muchos Wayuu ni siquiera hablan español por falta de educación.
Para obtener información más detallada y una descripción general de todos los destinos y actividades en La Guajira, puede consultar mi Guía de viaje de La Guajira.
Aventura en medio del desierto
El tercer día me encontré temprano en la mañana con los otros conductores. En este punto el viaje ya prometía ser una auténtica aventura. Al observar los otros vehículos, me di cuenta de que éstos eran más todoterreno que el mío; también tomé dos mochilas conmigo. Llevábamos alrededor de dos horas de viaje cuando el camino dejó de ser pavimentado y de repente se volvió predregoso y arenoso. Curiosamente, siempre aparecían niños a la vera del camino con cuerdas que soltaban a medida que atravesábamos el lugar. No comprendí el significado de este procedimiento hasta que tuvimos que detenernos en contra de nuestra voluntad, cuando el salteador de caminos estiró esta vez una cadena en lugar de una soga para detenernos. Los vehículos delanteros entregaron comestibles y agradecí que el día anterior había comprado un paquete de galletas grande que pudimos utilizar como peaje para pasar.
El ritmo era muy intenso; incluso parecía que entre los Wayuu hubiesen algunos pilotos de carrera. Después de un tiempo de recorrido, nos hallamos completamente en el desierto sin señal alguna de carretera. Debido a las lluvias de la semana anterior, tuvimos que detenernos varias veces y los Wayuu se encargaron de medir con pasos cada tantos metros para verificar el suelo y así poder evaluar otras rutas.
Gracias a que conducíamos a alta velocidad, logramos alcanzar otros dos vehículos que formaban parte de nuestro convoy inicial. Sin embargo, se nos anunció una primera parada en un río en medio del desierto. Todos los conductores se reunieron para realizar una evaluación del terreno, entonces un primer conductor se arriesgó a cruzar, pero se quedó atascado en el lodazal. La situación no mejoró para el segundo vehículo. Aun así ambos fueron desatascados. Sólo en el quinto intento uno de los vehículos logró atravesar. Alrededor de 30 minutos después, todos los vehículos ya habían logrado cruzar, pero uno de ellos tuvo que ser reparado porque al atascarse en el río el motor sufrió un leve daño. Yo tuve suerte de no necesitar ayuda al cruzar (¿O acaso fue gracias a mi gran habilidad como conductor?).
El desierto más al norte de Suramérica
Después del almuerzo y de aproximadamente cinco horas de recorrido llegamos finalmente a Punta Gallinas. A pesar de que el viaje es fatigoso, vale por completo la pena. La región es bastante árida, pero aun así tiene para mí algo mágico que no puedo describir. Posteriormente, visitamos una playa con dunas que conducen directo al mar y además de nosotros, no había nadie más allí. Un pequeño trozo de paraíso en la tierra, un destino idóneo para turismo ecologico, contemplativo y de descanso. Luego del descanso en la playa, visitamos más lugares para dirigirnos posteriormente al hotel. Allí hay dos opciones para dormir: “habitación” con colchones o con hamacas. A pesar de no tener grandes lujos, las habitaciones son bastante cómodas. Las duchas e instalaciones sanitarias también están bien acondicionadas. Después de una buena comida y unas cuantas cervezas, nos fuimos todos a dormir temprano.
A la mañana siguiente, los turistas fueron llevados a un bote y nosotros con nuestros vehículos tuvimos que conducir un camino alterno para encontrarnos de nuevo con el grupo dos horas después para recogerlos. De camino mis colegas tuvieron que remolcarme duna arriba y sacarme al menos una vez de un río de lodo. A pesar de tener que parar algunas veces para realizarle pequeñas reparaciones a los otros vehículos, y de quedarnos sin agua gracias a un refrigerador que evaporó todo el líquido potable para los turistas, el viaje transcurrió sin ningún incidente.
La Guajira es un lugar maravilloso en Colombia. La región, el clima y la gente irradian para mí una magia difícil de describir.
Para quienes buscan turismo cinco estrellas, La Guajira no es el destino correcto. Sin embargo, para un visitante aventurero, este departamento es un paraíso de aventuras y experiencias indescriptibles.
Si está interesado en esta aventura, como agencia de viajes con sede en Bogotá especializada en viajes personalizados y de lujo, no dude en ponerse en contacto conmigo en cualquier momento. Si eres más como un mochilero, mi Guía de viaje de Colombia podría ayudarte mucho a planificar tu viaje a Colombia.
La Guajira, ¡Regresaré!
Querido lector
¿Te gustó nuestro contenido? Te invitamos a compartirlo y a difundir el mensaje de que Colombia es uno de los más bellos países en el mundo.