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Bogotá, Colombia – 11 de octubre 2024: La presencia de hipopótamos en el río Magdalena, introducidos ilegalmente por Pablo Escobar en los años 80, ha transformado lo que una vez fue un símbolo de ostentación en una crisis ambiental y de seguridad pública. Aunque la Hacienda Nápoles ahora funciona como un parque temático y los hipopótamos se han convertido en una atracción turística tanto en este lugar como en las cercanías del río Magdalena, los desafíos ecológicos y económicos que plantean han generado un intenso debate sobre cómo controlar su población.
Lo que comenzó con solo cuatro hipopótamos traídos desde un zoológico en Estados Unidos ha resultado en una población de más de 160 ejemplares, expandiéndose por el Magdalena Medio y más allá. La comunidad local en Doradal ha encontrado maneras de capitalizar esta situación, ofreciendo tours para observar a los hipopótamos y vendiendo recuerdos en tiendas que explotan tanto la imagen de los animales como la de Escobar. Incluso, se han reportado casos de tráfico ilegal, donde crías de hipopótamo son capturadas y vendidas a familias adineradas con grandes haciendas.
El turismo y la imagen internacional de Colombia están en juego, ya que los “narco hipopótamos” se han convertido en una atracción turística, complicando los esfuerzos de preservación ecológica. Mientras Colombia se posiciona como un destino turístico global, los hipopótamos ofrecen una narrativa inesperada que combina el legado criminal de Escobar con los retos actuales de conservación. A medida que el país busca equilibrar el crecimiento turístico con la necesidad de proteger su biodiversidad, el manejo de estos animales se ha convertido en una prioridad nacional de interés internacional.
Medidas del gobierno: promesas sin ejecución
A lo largo de los años, el gobierno colombiano ha anunciado varias medidas para controlar la población de hipopótamos, pero pocas han sido implementadas de manera efectiva. El Plan de Manejo y Control de los Hipopótamos en Colombia, lanzado en 2023 por el Ministerio de Ambiente, contempla estrategias como la translocación, la esterilización quirúrgica, el confinamiento y, como último recurso, la eutanasia ética. El plan cuenta con el respaldo del Instituto Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional.
Algunos de los intentos más destacados son:
- Marzo 2021: El Ministerio de Ambiente, junto con el Instituto de Ciencias Naturales y el Instituto Humboldt, creó la Estrategia Nacional para el Manejo del Hipopótamo, buscando estudiar a fondo la situación y evaluar los riesgos antes de tomar medidas.
- Noviembre 2021: Se implementó un proyecto piloto para inocular a 38 hipopótamos con un anticonceptivo. Este tratamiento debe repetirse durante tres años consecutivos para ser efectivo.
- Marzo 2022: Se declaró a los hipopótamos como especie invasora en Colombia, prohibiendo su comercialización, tenencia y reproducción.
- Julio 2022: Se trasladaron 2 hipopótamos desde el municipio de Puerto Triunfo (Antioquia) hasta el Bioparque Ukumarí de Pereira, como medida de control.
- Agosto 2023: Se anunció el plan de manejo y control de hipopótamos del Gobierno Nacional con las medidas mencionadas anteriormente. Se contempla trasladar hasta 85 hipopótamos a países como México, Filipinas e India, aunque hasta la fecha no se ha concretado.
- Noviembre 2023: El Ministerio de Ambiente anunció el inicio de la fase de esterilización quirúrgica, proyectando intervenir a 20 hipopótamos en lo que resta del año, y 40 por año a partir 2024, a un costo de 40 millones de pesos (unos 10.000 dólares) por ejemplar.
- Junio 2024: El Plan para el Manejo y Control de esta especie fue adoptado en la Resolución 0774 del 21 de junio de 2024 y se avanza en su implementación. En abril se había instalado la mesa de expertos interdisciplinarios para analizar protocolos e instrumentos del plan.
- Septiembre 2024: “Ya trabajamos en los protocolos de traslocación y eutanasia, para que tengan el contexto de bienestar animal. En este momento, se están terminando varias negociaciones internacionales para traslocación de un número importante de hipopótamos, (…) y estamos trabajando, de la mano de las autoridades ambientales de los otros países, para tener el aval”, señaló la Ministra.
A pesar de estas iniciativas, el impacto sobre la población de hipopótamos sigue siendo limitado. Además, la falta de acción por parte de las autoridades locales, como la policía en Doradal frente a la situación de tráfico de crías de hipopótamo, refleja una indecisión motivada por el temor a repercusiones económicas y la posible reacción negativa de la comunidad, priorizando esto por encima de los riesgos de futuros ataques fatales.
“Es solo cuestión de tiempo hasta el primer ataque fatal”
El creciente número de hipopótamos no solo presenta un problema ambiental, sino también un riesgo para la seguridad pública. En África, los hipopótamos son responsables de la muerte de aproximadamente 500 personas al año, y muchos expertos creen que Colombia podría enfrentarse a su primer ataque fatal en cualquier momento. Frank Spitzer, fundador del operador turístico colombiano Pelecanus, comenta: “En mi opinión, es solo cuestión de tiempo antes de que ocurra el primer ataque fatal, ya que muchos de los operadores turísticos locales no toman las medidas de seguridad adecuadas.”
Riesgos ecológicos y seguridad pública
Colombia enfrenta un desafío que refleja los problemas globales de contener especies invasoras y proteger la biodiversidad. Al igual que Australia combate la invasión de conejos y el Caribe lucha contra los peces león, Colombia ahora se enfrenta a una crisis que afecta tanto a sus ecosistemas como a su economía. Este es también un compromiso internacional del país bajo el Convenio de Diversidad Biológica de 1992, que obliga a prevenir la introducción de especies exóticas que amenacen los ecosistemas nativos.
Según el Foro Económico Mundial, las 3,500 especies invasoras en el mundo le cuestan a la economía global 423 mil millones de dólares anuales y son responsables del 60% de las extinciones registradas de plantas y animales.
Además de los riesgos para la seguridad humana, el impacto ecológico de los hipopótamos en los ecosistemas del Magdalena es devastador. Estos animales, conocidos como “ingenieros del ecosistema”, alteran los cuerpos de agua, acelerando la eutrofización debido a la acumulación de sus heces, lo que reduce el oxígeno y afecta a especies nativas como los peces, las nutrias y los manatíes. Su comportamiento territorial también desplaza a estas especies, exacerbando la crisis ecológica.
El dilema local: ¿conservar o controlar?
A pesar de los peligros, muchos residentes locales ven a los hipopótamos como seres bonitos que no tienen la culpa y otros como una fuente de ingresos económicos. En Doradal, la presencia de los hipopótamos atrae a turistas nacionales e internacionales, quienes buscan ver a los animales en sus hábitats cercanos o dentro del parque temático Hacienda Nápoles. Esto ha generado resistencia a las iniciativas gubernamentales que buscan controlar la población, ya que muchos temen perder una fuente crucial de ingresos.
Cooperación internacional: una solución necesaria
Dada la magnitud del problema, la cooperación internacional es esencial para gestionar esta crisis. Organizaciones ambientales globales y gobiernos extranjeros podrían contribuir con fondos, investigación y estrategias para el manejo de especies invasoras, ayudando a Colombia a mitigar los riesgos ambientales y económicos que representan los hipopótamos.
“Colombia enfrenta un reto monumental con los hipopótamos. La única manera de resolver esta crisis de manera efectiva es a través de una cooperación internacional sólida y un compromiso decidido para equilibrar el turismo con la sostenibilidad ambiental,” afirma Spitzer.
Acerca de Pelecanus:
Pelecanus es un operador turístico de lujo con sede en Bogotá, Colombia, especializado en viajes personalizados y experiencias de lujo en toda Colombia. Fundada por el empresario suizo Frank Spitzer en 2016, la compañía tiene como objetivo ofrecer a los viajeros experiencias auténticas en Colombia, promoviendo prácticas de turismo sostenible.
Contacto:
Ana María Parra
Head of Digital Marketing
Pelecanus
Email: digital@pelecanus.com.co